Matanza de católicos en Coyoacán por los Camisas rojas de Tomás Garrido Canabal
“El Ejecutivo de mi cargo ha sabido con pena que anoche se verificaron nuevamente choques sangrientos entre grupos de ideología distinta, sin razón alguna que los justifique, pues si es la verdad que las diferencias sustanciales en el modo de pensar son las causas más hondas de división de los pueblos…el Ejecutivo de mi cargo juzga que es necesario poner coto a estas demostraciones nocivas a la salud pública que pueden desorientar muy bien a la opinión nacional”.

Lázaro Cárdenas
Presidente de México 8 de enero de 1935

 

El ambiente en que se originó este conflicto se debió a la segunda Guerra Cristera (1934-1938). De acuerdo con algunos especialistas, el inicio de esta fase comenzó después del “Grito de Guadalajara”, discurso pronunciado el 20 de julio de 1934 por Plutarco Elías Calles, donde enfatizó la instauración de la educación socialista[1].

Él consideró que los ideales de la Revolución estaban por encima de la fe o cualquier creencia religiosa, así que sus palabras eran contra el clero católico. Luego, en octubre de ese año se aprobó la modificación del artículo tercero, que establecía la instrucción de la educación socialista, así como la exclusión de la doctrina religiosa de la enseñanza otorgada por el Estado[2].

En ese contexto, los “Camisas Rojas” era una organización tabasqueña conformada por hombres y mujeres de 15 a 30 años aproximadamente. Los miembros confiscaban imágenes o cualquier artículo religioso, con la finalidad de destruirlos en las plazas de los pueblos. Esta acción era influenciada por el gobernador Tomás Garrido Canabal (1919-1934), quien estableció la educación racionalista; es decir, un medio para lograr el conocimiento de la realidad, alcanzar la igualdad y eliminar los dogmas o prejuicios religiosos[3]. Asimismo, durante su periodo gubernamental se impulsaron otras reformas como el voto de la mujer y la ley seca, la cual prohibía la venta de alcohol[4].

Gracias a su labor, el presidente Lázaro Cárdenas lo nombró secretario de Agricultura y Fomento de México (1934-1935). Los cambios impulsados en Tabasco provocaron que algunos líderes de los Camisas Rojas –Carlos A. Madrazo y Agapito Domínguez– organizaran una rama en la capital del país, para que el proyecto garridista se extendiera a los demás territorios[5]

El punto de quiebre sucedió el 30 de diciembre de 1934, en la iglesia de San Juan Bautista, ubicada en el centro de Coyoacán, Ciudad de México, cuando sucedió un enfrentamiento entre un grupo de jóvenes y fieles reunidos en el edificio. ¿Cuál fue el motivo? Integrantes de los Camisas Rojas pronunciaron una serie de frases antirreligiosas, por lo que fueron rodeados por diversos integrantes del movimiento Acción Católica. Acto seguido, se inició un intercambio de agresiones y golpes entre ambos grupos, hasta que sobrevino una balacera que ocasionó la muerte de Ernesto Malda y de la joven María de la Luz Cirenia Camacho[6].

El 7 de enero de 1935, el clero movilizó a sus fieles en las principales avenidas del Distrito Federal con el objetivo de protestar contra la muerte de la activista católica en el enfrentamiento sucedido.[7] El acontecimiento representó el fin del garridismo, porque reveló la intolerancia del grupo, así como la demostración de los conflictos sociales existentes en esos momentos. El presidente Cárdenas destituyó de su cargo a Canabal el 18 de junio de 1935.

En el devenir histórico, observamos que en el conflicto se violentaron los derechos de libre culto y libertad de expresión. Si bien hubo fallecidos, ese conflicto proporcionó experiencia a los miembros del Estado para observar que ciertos derechos todavía estaban en conflicto, por lo cual debían encontrar una solución pacífica a través del diálogo o mediante leyes. Más adelante, el Estado cedió y permitió la libertad de culto y la suspensión de la educación con tintes socialistas, además de la apertura de las iglesias.

Área Responsable